Al gran evangelista del software libre que es Richard Stallman no le gusta el nuevo concepto de trabajar en la nube. Argumenta, y no sin falta de razón, que la información personal no debería escapar de nuestras propias manos.
El problema es que renunciar a esa posibilidad de control implica renunciar en gran medida a los beneicios de muchos servicios realmente útiles como Gmail, Google Docs, Zoho… etc. Lamentablemente, la mejor solución para esta disyuntiva pasa por pagar de tu bolsillo un hosting propio, lo cual no es demasiado barato, o montar un servidor en tu casa.
Si preguntan por mi opinión, creo que las palabras de Stallman son duras, pero necesarias. No olvidemos que la comodidad que nos ofrece la web 2.0 tiene un lado oscuro que no debemos pasar por alto: el fin de la privacidad total.
Una buena vacuna para curar la paranoia es tener plena conciencia de quién maneja nuestros datos (empresa), qué puede hacer con ellos (política de privacidad) y si permite que los empaquetes y los lleves a otra parte (portabilidad).