Desde que se inventaron navegadores como Opera o Firefox, y herramientas como AdBlock Plus, Flashblock o Greasemonkey, ningún tipo de anuncio está a salvo de ser eliminado sin piedad.
Estas extensiones llegaron como caídas del cielo para acabar con los interminables y gigantescos banners en flash que o bien nos dificultaban la lectura, o bien nos llevaban a algún sitio al que no pretendíamos ir. Este sistema era francamente horrible para el usuario y su experiencia de navegación. Pero parece que los tiempos están cambiando.
Hacia la publicidad tolerada
No soy un publicista y por lo tanto no puedo valorar el impacto de un banner o anuncio molesto en cuanto a la cosa publicitada, pero imagino que no debe ser nada bueno. Ganarás un clic accidental, sí, pero dudo que ese internauta cabreado vaya a volver a ese sitio por su propia voluntad.
La solución ya la han visto empresas como Google: el usuario valora mucho más una publicidad contextualizada y no intrusiva. Para eso fue creado Adsense y otros mecanismos similares. Pero resulta curioso que los métodos de bloqueo más efectivos hayan llegado parejos a la aparición de estas formas menos agresivas de publicidad.
La postura del usuario
Cuando la publicidad era algo claramente abusivo en la red, estaba totalmente justificado el uso indiscriminado de herramientas de bloqueo. Sin embargo, igual que muchas webs se están planteando cierta ética con los anuncios, nosotros deberíamos plantearnos cierta ética a la hora de bloquearlos.
Me explico: si utilizamos un servicio web o consultamos determinado blog con una cierta asiduidad, y bloqueamos la publicidad sin hacer ni un solo clic, estamos haciendo un flaco favor al webmaster además de entrar en un juego que podría llegar a considerarse "poco ético". Nadie nos prohíbe cortar el paso a la publicidad, pero si esta es no intrusiva y la bloqueamos perjudicamos a la página (ya que no recibe beneficios) y por extensión, a nosotros mismos como visitantes (ya que cuanto mejor funcione la página, más cómodos estaremos).
Un método de conciliación
Aunque la reflexión ha ocupado un buen pedazo de bitácora, las conclusiones son de lo más sencillo. Si no bloqueas la publicidad en una página, nada te impide pulsarla o pasar de ella. Es una elección y estás en igualdad de condiciones con el webmaster (él te pone los anuncios, tú decides si haces clic o no). Pero si vas a eliminar la publicidad de una página que visites regularmente, estaría bien que hagas antes un clic o dos (más no, que se cabrea el Adsense). Así de simple, así de conveniente.
Así que antes de fusilar los anuncios como es tu legítimo derecho de internauta, recuerda que un clic al año no hace daño ;).
Como podéis ver esta bitácora no tiene publicidad. Y si la tuviera, podéis bloquear lo que os plazca, hagáis clic o no. Recomiendo uso de aplicaciones y extensiones arriba citadas.