Scrinia Viatoria

Personal y transferible

No recuerdo el sitio a través del cual llegué a este inspirador artí­culo de Matt Alexander sobre los blogs personales y la unidad que deberí­a medir la calidad de los textos que escribimos:

The value of writing should not be measured in currency, but in the reactions and genuine appreciation of the reader. As we all vie for attention and the spotlight, the reward is for an audience to simply read and distribute our words. Perhaps it takes time to produce and money to sustain, but producing a personal weblog is ultimately a matter of personality. Discarding design, advertising, and diction, the production of a weblog is analogous to a discussion with a friend over drinks.

Hace tiempo que no se habla de weblogs personales. No es que haya peligro de extinción, ya que una gran masa de escritores publica historias de í­ndole no laboral o técnica. Pero, en opinión de Alexander, debemos mejorar la calidad del ví­nculo que une nuestra vida con las interacciones en el mundo digital, así­ como humanizar un poco más nuestra escritura en este medio:

Whether it's business, politics, design, or media, the heart of all matters lies with people. In sustaining a personal weblog, I hope to remind others of such a fact. Beyond regurgitated press releases and lifeless, factory-produced critiques, there exists a landscape of people that comprise an audience, a readership, a consumer-base, and a community.

A veces me pregunto si no estaremos convirtiendo nuestras emociones, opiniones y esperanzas -en general, todo lo que tiene que ver con esa palabra llamada intimidad- en un lenguaje cada vez más frí­o y despersonalizado, perfectamente adaptado para el SEO. No seré yo quien reste importancia a lo segundo, pero es interesante realizar una reflexión sobre lo primero.

¿Cómo podemos, pues, evitar convertir nuestro espacio en un negro sobre blanco sin corazón? Aproximarnos a nuestros lectores y construir comunidad parecen las piezas clave para cualquier publicación, con independencia de su í­ndole. En un mundo que se ahoga en comunicados y producción artificial, debemos poner especial mimo en imprimir más calidez al contenido que generamos.