Érase una vez un gato de color azul, al que los demás gatos despreciaban por su aspecto. Hasta que un día se fue a la Luna, que era de donde, originalmente, procedía. Desde entonces, se le llamó el Gato Luna. Dicen que si miras fijamente en una noche clara, todavía le puedes ver asomándose.
Érase una vez dos hermanos que se separaron, al ir el primero de ellos a la guerra. Cuando el segundo vio que no regresaba, fue a buscarle. Desgraciadamente, las líneas enemigas estaban justo delante, y no podía atravesarlas. Así que rogó al cielo que le permitiera ayudar a su hermano. Sus plegarias fueron escuchadas y se transformó en un pájaro, que voló por encima de los combatientes y pudo rescatarle.
Una vez me dijeron que asignamos colores al pasado, y que los colores verdaderos de aquellos capítulos son difíciles de rememorar. Creo que la radio con casete era de color amarillo. Allí escuchaba las cintas de pequeño, en su mayoría cuentos. Fue toda una sorpresa descubrir que el aparato también podía grabar sonido.
La primera prueba no gozaba de un guión demasiado elaborado. Fragmentos de series de dibujos animados, películas en VHS, cacofonías y discursos inconexos se hallaban en los, aproximadamente, 30 minutos de la primera vez que registré mi propia voz. Sin embargo, aquella grabación se perdió mucho antes de mi paso a la adolescencia y edad adulta, por lo que siempre me he preguntado si aquel Bernaldo pasado le dejó algún mensaje al presente.
Al parecer, Jeremiah McDonald tuvo la misma idea con un vídeo, pero mucha más suerte o previsión a la hora de conservarlo. Respondiéndose a sí mismo, publicó un montaje en Youtube que es digno de ver, al que llegué a través de BoingBoing