Hace ya unos días que percibo un aumento en el número de personas de mi entorno que se suscriben a Twitter. A pesar de que las guías para este servicio web abundan como las biblias, voy a aportar mi pequeño granito de arena con algunos consejillos.
Primeros pasos
- Quita el huevo ese tan feo y pon lo que te apetezca como tu avatar. Dicen que es mejor una foto, por aquello de transmitir mayor honestidad. No hagas caso. Si te da la gana pon la foto y si no, pues no. Pero quita el huevo, por lo que más quieras; queda horrible.
- Ve a configuración, y abajo del todo en la pestaña de cuenta, marca «usar siempre HTTPS», porque así tendrás una cuenta más segura. No digo más para no aburrirte, pero si tienes ganas puedes encontrar una sesuda explicación en la Wikipedia.
- Todavía en configuración, ve a «notificaciones» y lee todo lo que pone. Que luego marques o desmarques queda a tu criterio, pero este sencillo paso puede ahorrarte una tonelada de correos electrónicos al día.
- Encuentra a tus amigos y visita la sección «a quién seguir».
Twitter tiene su propio lenguaje
Probablemente ya lo sepas, pero por si acaso, has de tener en cuenta que las @respuestas se escriben así, o que algunos #temasdeconversación y #campañas llevan almohadilla delante para facilitar el seguimiento. Por supuesto, quizá sepas también que si añades una «d» seguida del @usuario al que quieres escribir, lo que harás será transmitirle un mensaje privado.
¿Abierto o cerrado?
La privacidad de los mensajes en Twitter tiene dos modos: encendido y apagado. Si cierras tu cuenta de Twitter, sólo te podrán seguir las personas a las que autorices; si la abres, todo el mundo verá lo que escribes, y buscadores como Google lo indexarán de vez en cuando. Tu decisión afecta a todos los mensajes, no hay término medio. Si cierras, cierras todo. Si abres, abres todo. Puedes cambiar esta opción en cualquier momento. De forma similar, es importante que sepas que los mensajes tienen botón de borrado.
Netiqueta y supervivencia
Si tu Twitter es público, recuérdalo y piensa antes de publicar. Pero no lo pienses como pensarían Bismarck en lograr la unificación de Alemania. Sólo ten cuidado y usa el sentido común. Nunca, jamás, insultes a la madre de alguien, y mantén las palabrotas a dieta. Sí, ya sé que personajes como @perezreverte no comulgan exactamente con este consejo, pero a no ser que hagas de tu carrera profesional ser un escritor especialmente borde a la par que mordaz, que vive en un barco y no tiene más empresa que la editorial que publica sus libros, mejor deja la grosería fuera de la ecuación (si utilizas un seudónimo y no te conoce nadie, tú mismo con tu organismo). Que sepas que los famosos tampoco se libran de la picota si se pasan de listos. De hecho, suelen ser los más perjudicados en una salida de pata de banco; mira lo que le pasó a Nacho Vigalondo cuando tuvo la genial idea de contar chistes sobre el Holocausto. Si quieres comentar algo con otro usuario sin que lo vean los demás, usa los DM, también llamados mensajes directos, o mensajes privados. Y recuerda, asegúrate de que lo mandas como mensaje privado en vez de como @respuesta antes de darle a enviar. Hay países que se declaran la guerra por menos que eso.
El cliente es la clave
Para usar Twitter tienes dos opciones: escribir desde su web, o utilizar un cliente. Lo más importante es encontrar el programa ideal, el que te permita enviar mensajes con más facilidad. Sí, es de Perogrullo, pero conviene recordarlo. El cliente de Twitter que debes utilizar depende, en gran medida, del medio o la forma de acceder a internet que prefieras durante la mayor parte de la jornada.
- Utilizando un ordenador, pues lo más fácil es poner mensajes desde Twitter.com. También puedes utilizar un cliente para escritorio, como Tweetdeck, Echofon o los que te facilita el propio Twitter.
- Enviando mensajitos con tu smartphone o la Blackberry, entonces te conviene descargar un cliente de Twitter para el modelo que estés usando. De ese modo, no necesitarás esperar a estar en el ordenador para compartir cosas con el mundo.
¿Y si lo que quiero compartir es un enlace?
El problema de Twitter es que, al permitir únicamente 140 caracteres por mensaje, introducir una dirección web completa nos resta mucho espacio. Solución: utiliza un acortador. Se trata de servicios web que convierten una dirección larga en otra corta.
Casi todos los clientes de Twitter pueden acortar automáticamente los enlaces que introduces. De hecho, el propio servicio tiene un sistema para ello, que además se puede utilizar desde el propio navegador a través de un marcador que puedes guardar en favoritos.
Esto es, más o menos, lo básico sobre Twitter. En la red encontrarás cientos de manuales, pero recomiendo especialmente los que la propia red social ha creado. Y si ya eres un power user y crees que debería añadir algo a esta guía básica, no lo dudes y deja un comentario. Si el consejo es poco habitual y/o original, tanto mejor. Así compenso el ladrillo que acabo de soltar ;).