Mientras esta entrada permanecía en borrador, Manolo Saco parece haber sintonizado con mis reflexiones sobre la gripe A:
Dicen los expertos de la OMS que la gripe A será una pandemia con la llegada del frío. No sé a cuantos de nosotros se llevará a la cama (hum…) o al otro barrio, pero intuyo que va a cambiar muchas de nuestras costumbres. Me cuentan que en Asturias ya están tomándose muy en serio el hecho de no compartir vaso de sidra en grupo, como se hacía hasta ahora, tradición que tengo clasificada entre las costumbres bárbaras de los españoles, como la fiesta de los toros y festejos en que se torturan animales, como las de las cacas de los perros y los esputos verdes en las aceras, como la de tirar todo tipo de cáscaras y desperdicios al suelo de los bares y cines. Lo de compartir las babas con los demás en las sidrerías hizo que, en mis incursiones por tierra tan hermosa, me hiciese abstemio (falso abstemio, pues la sidra natural me parece una joya gastronómica). Y nunca llegué a creerme que el famoso “culín” que se tira al suelo pueda limpiar ni por asomo los restos orgánicos que toda una peña va acumulando en el fondo del vaso, entre risas y brindis.
Las portadas con los besos de Trinidad Jiménez durante su comparecencia lo decían todo. Las medidas higiénicas para evitar un contagio masivo de la Gripe A en nuestro país harán que el españolismo las pase canutas. Porque si algo somos, es besucones; no me lo nieguen.
Si bien no parece que la Gripe A vaya a ser la peste del siglo XXI, existe una epidemia mucho peor en nuestra nación que, combinada con el nuevo virus, puede hacernos la puñeta durante todo el invierno: la falta de civismo.
Porque al paisano que te ofrece una buena ducha mediante estornudo sin mano delante, poco le vas a explicar sobre lavarse las manos siguiendo un exhaustivo patrón en forma de cuadrícula. Les apuesto a que no consiguen localizar a ningún ciudadano que haya sustituido el saludo español por el japonés desde la comparecencia de Trini.
Winter is comming
Tal vez la gripe llegue a suponer un verdadero trastorno para la sociedad una vez llegue el frío. De ser así, me pregunto que impacto tendrá en nuestros modales y costumbres la llegada de este superbicho. Por supuesto, muchos consideran mucho peor que el virus una posible (y probable) histeria colectiva. Sin embargo, las advertencias sanitarias están ahí, no creo que sea prudente desoirlas. Un servidor tiene grupos de riesgo en casa; así que bromas las justas, que ya me compré la escafandra por eBay.
Si quieren ir todavía más lejos, he aquí a Michael Arrington en toda su gloria: Hand shaking is so medieval. Let's end it.