Rosa García tiene un blog. Vale, ya sé que no me darán el premio a la rapidez en las noticias, pero decidí esperar a que la ventanita en Spaces que ha creado la presidenta de Microsoft España tuviera un poco más de "miga". Como los pacientes heredarán la tierra, me acabo de encontrar con una entrada que ya me proporciona material suficiente para abrir debate. Así que espero que estés leyendo esto, Rosa. Y desde luego, mi puerta está abierta si te apetece contestar (no se requiere Live ID). Para más concreción, voy a "tomar prestados" algunos párrafos de tu última entrada. Este post es más largo que un día sin pan, avisada quedas.
Nunca he sido techie vocacional, aunque durante siete años tuve que dirigir los departamentos de soporte técnico de diversas compañías. Lo que me apasionó de ese trabajo no fue la tecnología en sí misma ni la posibilidad de conocer hasta el último detalle de un producto, sino cómo la tecnología podía ayudar a las personas a resolver sus problemas del día a día. Mi coche es una herramienta que me traslada de un sitio a otro, pero jamás he abierto el capó ni se me ocurriría tunearlo. Los ordenadores, el software, me maravillan por cómo nos facilitan la vida, pero llevo más de 15 años sin mirar una línea de código.
Efectivamente, muchas veces solo necesitamos la solución a un problema, y no nos importa el modo en que se ha solucionado. Pero otras veces (en Internet, especialmente) sí nos interesa conocer lo que pasa. De hecho, muchos Internautas no solo tunean su coche, sino que alguno lo transformó en una aeronave o algo por el estilo. Mi recomendación es que apliques el ejemplo. Nos gusta que nos solucionen la vida, pero también nos gusta levantar el capó y trastear con las bujías.
La necesidad de tener un Live ID para participar en la conversación, tan criticada en la blogosfera, me parece positiva. Si cuando llaman a la puerta de nuestra casa preguntamos quién es antes de abrir, si cuando queremos hacer una pregunta tras una conferencia tenemos que identificarnos, ¿por qué no aplicar las mismas reglas y normas de cortesía en el mundo virtual? Creo que esta opción permite que no proliferen los trolls anónimos que solo buscan distorsionar el debate y que se esconden en el anonimato para poder insultar impunemente.
Me parece un error de concepto. Muchas personas (servidor, entre ellas) utilizan su correo electrónico o su blog como tarjeta de visita, sin necesidad de otro sistema de identificación. Bloquear los comentarios a quienes no tengan una Live ID se parece más a impedir la entrada en un local por llevar deportivas en vez de mocasines. Si me dices que ese ejemplo es inexacto, creo que el tuyo de llamar a una puerta también tiene el mismo defecto. Y te olvidas de otros sistemas de identificación como OpenID que pueden ser igualmente válidos, aunque no sean de Microsoft. Por otra parte, una LiveID no te libra de los trolls. Si alguien tiene ganas suficientes como para insultarte, puede crearse una cuenta en un segundo y liberar su furia. Decir que el anonimato es perjudicial para la conversación es como decir que la privacidad es algo pernicioso para la seguridad nacional. Todos los derechos pueden utilizarse con abuso, pero ello no implica que dejen de protegernos o beneficiarnos. En muchos países, ese anonimato te puede salvar de una multa o la cárcel.
Ya sé que Spaces no es la herramienta perfecta y que los usuarios de Opera (el 0,66% del total) tienen algunos problemas para visualizar las páginas, como me han recordado algunas de las personas que han incluido comentarios a mi primer post. Pero entre tener un blog perfecto al 100% o empezar de manera inmediata e intentar mejorar poco a poco, opté por la segunda opción.
Una sabia decisión. En las primeras bitácoras que tuve (ya que estamos, ¿prefieres blog, space, bitácora...?) me pasé semanas enteras "afinando" estilos y diseño, sin escribir una línea. Cuando en pergamino Raspado comencé a escribir "y luego ya veremos" descubrí que mi calidad de vida de blogging mejoraba sustancialmente. Equiparándolo al mundo real, cuando nos mudamos a una nueva casa no esperamos a desembalar todo. Siempre nos quedarán cajas apiladas sin abrir, pero ya vivimos en ella.
Leo algunos comentarios a mi primer post que cuestionan mi decisión de utilizar esta plataforma; repaso un post de Marcelino Madrigal sobre la percepción de Spaces en la blogosfera y veo sorprendida que algunos, encastillados en su arrogancia tecnológica, creen que pueden decir qué es y qué no es un blog. Que el contenido de un blog generado con la ayuda de una herramienta como Spaces tiene menos valor que los posts alojados en blogs creados de forma manual y picando código.
¿Tiene RSS? ¿Está en orden cronológico inverso? Pues es un blog. Y no lo digo yo, lo dice la Wikipedia. De hecho, muchos blogs de renombre ni siquiera cumplen alguna de estas premisas. Otra cosa es que Spaces tenga algunos inconvenientes como plataforma para blogs (me acordaría de /brothers-in-arms, pero jamás de *cns!