En el cine, la literatura o la tradición oral podemos encontrar muchos ejemplos de lo que sería un cataclismo, fin de las eras o desaparición del mundo tal y como lo conocemos. Generalmente todas estas narraciones y/o películas suelen señalar un componente universal: el caos.
Suele concebirse al apocalipsis como un proceso donde la histeria colectiva, el vandalismo y la amoralidad campan a sus anchas años, días o momentos antes de que el gran impacto/virus/loquesea se cargue a la humanidad. Un buen ejemplo de ello es el Ragnarok que nos describen las leyendas nórdicas.
Ahora bien, ¿qué ocurriría si el fin de la civilización fuese algo totalmente opuesto a todo esto? Durante algún tiempo he guardado un magnífico artículo de Clive Thompson en la revista Wired llamado Not With a Bang but a Whimper.
El fin del mundo en un juego de rol no se nos plantea como el cataclismo anárquico de los libros, sino como una inquietante escena de silencio total. Un lugar desolado, un mundo fantasma:
¿Hay alguien ahí? En realidad es inútil. No hay nadie ahí. Hace aproximadamente una hora que ando vagando por una planicie desolada.
Esta vez no hay caos, gritos, indignación o histeria colectiva. Solo un manto de silencio sobre un mundo que está a punto de desaparecer. Obviamente el hecho de que esto sea un juego y que además los jugadores hayan migrado a otros mundos como World of Warcraft, le quita dramatismo cinematográfico a la escena.
Hace tiempo que no me encontraba con un artículo sobre videojuegos tan bien escrito. Y para rematar, una perla sobre la economía:
Sin esperanza de futuro, se acaba el capitalismo. No hay demanda en un mundo condenado.
Por curiosidad he ido a la página oficial del juego y me he encontrado con un breve mensaje:
Empyrean magic has once again fled this world. The battle for Dereth continues on a different plane now. As his final act in this realm, Asheron sealed every portal to contain the expanding horde and protect what is left of the races who called Dereth home.
Lo curioso es que todo tenga que acabar, tarde o temprano, en silencio.