Scrinia Viatoria

Bloglines cierra una época

Hubo un tiempo en el que las novedades en servicios como Flickr era noticia de primer orden en la red. Un tiempo donde todos los blogueros enlazábamos como locos a nuestras cuentas en del.icio.us (así, partida en tres puntos). A falta de Facebook y Twitter, la blogosfera, Technorati y las licencias Creative Commons eran temas recurrentes cada semana. Todo eso lo leíamos en nuestros marcadores o en Bloglines. Ahora, este servicio cerrará sus puertas el día 1 de octubre; y con él, parte de la historia de la llamada web 2.0.

Bloglines fue uno de los primeros y más famosos lectores de feeds, la tecnología que nos permite descargar noticias en nuestro agregador sin necesidad de acudir a cada web o blog en busca de novedades. No podemos decir que la clausura sea una sorpresa: el servicio era propiedad de Ask.com, que ya había intentado echar el candado unas cuantas veces.

Un pésimo servicio, poca innovación y la llegada de Google Reader han acabado con el que fue mi primer servicio de noticias vía RSS, que utilicé durante dos años. Por supuesto, las redes sociales y el tiempo real también han tenido parte de responsabilidad. A pesar de todo, tampoco es que Ask.com pusiera mucho empeño en solucionar los contínuos fallos y desastres que llegaron a convertir al fontanero en una estrella de la blogosfera.

Dicen por ahí que las redes como Twitter podrían acabar con el RSS. De momento, no me lo creo; este tipo de protocolo tiene demasiados usos y usuarios. Sin embargo, contra el RSS juega el desconocimiento: una tecnología sencilla de utilizar, pero difícil de explicar.

Por mucha red social que se anuncie, a los blogs, el RSS y tecnologías parecidas todavía les queda cuerda para rato porque son herramientas básicas de comunicación en la red. Respecto a las bitácoras, resulta especialmente necesario que el ritmo no decaiga, porque siempre han sido uno de los medios de expresión más independientes y su filosofía es opuesta al espantoso jardín vallado –cuando quieren; cuando no, publican tus datos o los venden al mejor postor– de lugares como Facebook. Abra usted un blog, por favor.