Tras varios meses como feliz propietario de un Kindle 2, debo señalar algunas peculiaridades relacionadas con la experiencia lectora y la tinta electrónica. Dado el precio que todavía tienen estos dispositivos, siempre flotan muchas dudas a la hora de realizar una compra así. Tal vez estas valoraciones heterodoxas ayuden a despejar el camino.
- El ritmo de lectura aumenta de forma monstruosa. Observen que no utilizo términos como «notable», «exponencial», «enorme»… No, monstruoso es el adjetivo. Sospecho que, si estos cacharritos fueran sumergibles, hasta me daría por bucear mientras termino una novela.
- Impaciencia. Cuando terminamos un libro, el único obstáculo que se interpone entre nosotros y otra obra es el dinero, la búsqueda en estantería o la visita a una biblioteca. Con el eBook, lo único que nos obstaculiza para leer un libro es otro libro. Además, gracias a que todo lector de tinta electrónica recuerda la página donde te has quedado, simultanear la lectura de varios títulos se convierte en una peligrosa adicción. Una recomendación para mantener el bienestar espiritual: nunca más de 7 al mismo tiempo.
- Decisiones, decisiones. Cuando tienes más de 2.000 libros que te gustan, elegir la siguiente lectura es tan sencillo como buscar al siguiente Dalai Lama. Por contradictorio que parezca, el tamaño importa; así que te lo piensas dos, tres y hasta cuatro veces a la hora de enfrentarte a un mil o a un dosmil. Recordemos puntos anteriores para aclarar que no es consencuencia del hartazgo, sino de todos los libros que no estarás leyendo hasta que termines con ese.
- Existe un programa llamado Calibre que organiza los libros electrónicos como iTunes lo hace con la música. Un programa para guardarlos a todos, cambiarlos de formato y enviarlos a tu lector. Aprecia al Calibre; el Calibre es tu amigo.
- Out of catalog no more. A lo largo de tu vida te habrás topado libros que parece que nadie leyó excepto tú. Intentaste contactar con la editorial, pero ni te llama ni te escribe. Llegó la hora de la venganza, porque no importa lo que hayas echado de menos, tienes un 90% de probabilidades de encontrarlo. Probablemente lleve ya tiempo en la red, ¡pero ahora tienes un eBook!
- From my cold dead hands. Alargar la mano hasta el ebook antes de salir por la mañana se convierte en un gesto tan natural como respirar, coger la cartera o revisar si tienes el cargador del móvil.
- Que vivan los artículos largos. Sí, esos que te dejaban los ojos como una pasta italiana tras una hora de lectura intensiva en la pantalla del portátil. Gracias a programas como Instapaper o Calibre (aprecia al Calibre, el Calibre es tu amigo), puedes guardar las entradas-tesina y enviarlas a tu dispositivo para una lectura más cómoda.
- ¡Ve hacia la luz! La luz natural es lo mejor para estas pantallas. Por supuesto, se leen muy bien con luz artificial, especialmente si es difusa.
- Formatos. Epub, PDF, fb2; he aquí los reyes del mambo. Nunca salgas de la Tierra sin ellos.
- Tener un eBook es maravilloso.
Por si quedan dudas, el último punto invalida cualquier aspecto negativo que puedan incluir los anteriores.